Óxido y cal: los peores enemigos de la cachimba
Todo en esta vida tiene un punto débil. En el caso de la cachimba, el óxido y la cal son dos de los problemas más desagradables a los que se puede enfrentar un shishero. La buena noticia es que se pueden prevenir.
El óxido es la kryptonita de cualquier hookah. Los metales tienden a oxidarse, y las shishas no están fuera del radio de acción del óxido. Este es un mal que no debe despreciarse: las partículas de óxido acaban en la boca del fumador, dejando un sabor asqueroso, y a la larga pueden llegar hasta los pulmones.
Por otra parte, la cal en la cachimba le quita toda la gracia a la fumada: al final estamos más preocupados por quitarla que por disfrutar de nuestro momento shishero. ¿Qué podemos hacer? La respuesta es determinante: limpiar muy bien nuestra cachimba. Despedirse de la pereza y ser responsables con nuestro material es la clave para proteger nuestra shisha.
Hookah Magazine ya tiene su propia guía para limpiar tu cachimba. ¡Ármate de un buen cepillo y defiende tu shisha!