Limpia tu shisha paso a paso
Ya sea por pereza o por desconocimiento, la limpieza de la cachimba suele estar en un puesto bastante bajo de nuestra lista de prioridades. Sin embargo, esto es un asunto de vital importancia: una shisha sucia provocará que tu tabaco se contamine por el sabor rancio de otras fumadas del pasado.
Deberíamos limpiar nuestra hookah entre una y tres veces a la semana. ¿No te convence la idea? Te invitamos a asomarte al interior del cuerpo de tu cachimba y contemplar la guarrería que se acumula ahí dentro sin que te des cuenta.
Vamos al meollo de la cuestión, ¿cómo se limpia una shisha? Primero, necesitarás los materiales básicos:
– Agua a presión (o sea, un grifo con agua corriente).
– Lavavajillas con olor a limón.
– Zumo de limón.
– Un estropajo.
– Un cepillo ancho y corto de cerdas duras.
– Un cepillo estrecho y largo de cerdas duras.
¿Lo tienes todo? Entonces ya puedes empezar.
1. Comienza por lo más fácil: la manguera. Primero debes soplar con fuerza por la parte de la boquilla para eliminar los restos de humo sucio. Si tu manguera es lavable, introduce agua tibia o un poco de zumo de limón y mueve la manguera para repartirlo bien. Después, haz pasar un buen chorro de agua de un extremo a otro y cuélgala en algún sitio para que se seque. Si la manguera no es lavable, tendrás que conformarte con doblar, agitar y golpear suavemente la manguera, con cuidado de no pegarte un latigazo.
2. Para la base tienes que recurrir al cepillo ancho. En primer lugar, deshazte del agua sucia de la base y enjuágala un poco. Luego llénala con agua tibia hasta mitad y echa un chorro de lavavajillas. Frota bien el interior de la base con el cepillo hasta crear espuma. Cuando termines, vacíala y enjuágala otra vez para eliminar cualquier resto de lavavajillas. Mientras limpias el cuerpo, puedes dejar la base reposando con agua caliente (no demasiado o se partirá el cristal) para acabar con los olores más rebeldes. Asegúrate de secar bien la base, al aire o con un trapo limpio.
3. Ahora es el turno de limpiar el cuerpo. Colócalo debajo del grifo y haz pasar agua tibia de un extremo a otro con bastante potencia. A continuación, moja el cepillo estrecho con agua y échale lavavajillas. Introduce el cepillo en el cuerpo de la cachimba y limpia a conciencia: muévelo de arriba abajo y retuércelo todo lo que puedas. Aclara el cuerpo debajo del grifo y deja que se seque del todo. No te olvides de limpiar también la entrada de la manguera, utilizando un trapo si te resulta más fácil.
4. Por último, usa el estropajo para limpiar las partes más pequeñas de la shisha (la cazoleta, el plato, la boquilla…). Utiliza agua y lavavajillas y ten mucho cuidado para no romper nada. Deja que todo se seque completamente.